Sin poder salir de su
asombro Silvia siguió a Jack por el pasillo hasta un pequeño despacho en el ala
lateral de la universidad. Sus pensamientos pasaban veloces por su mente
aturdida. Sin quererlo, se había abierto su caja de Pandora y no sabía si sería
capaz de controlarla.
-¡Ah, estupendo! Adelante
por favor. Señorita Cruz es un placer. ¿Cómo se encuentra mi querida alumna
Lis?- preguntó mientras ofrecía asiento a los recién llegados.
-Me temo que no traigo
buenas noticias profesor. Lis fue asesinada.