Se levantó y se acercó a la terraza embriagada por el
resplandor de esa luna que parecía llamarla, atrayéndola hacia ella de una
manera irresistible, los recuerdos de su llegada invadieron su mente.
-Ahotep, Ahotep!, Acaban de confirmarme que el faraón
llegará a Menfis en tres días, por lo visto le acompañará el Sumo Sacerdote de
Karnak.
-Neferet-contestó la sacerdotisa, nunca has acertado con
tus informadores, que se le habría perdido al faraón aquí? No creo que sea
cierto.
-De verdad, se comenta que tiene que ver con una profecía,
seguramente quieran consultar en la Casa de Vida- terminó de explicar a su amiga.
-Déjate de chismes y prepara las libaciones, se acerca la
hora de nuestras ofrendas a la diosa.
Con cara de disgusto Neferet se dio media vuelta para
cumplir las órdenes que le acababan de dar.
-Está bien!, Pero dentro de tres días me creerás y no
volverás a desconfiar de mí- gritó mientras cruzaba el umbral de las
habitaciones.