martes, 16 de octubre de 2012

Ni un euro por ti (Diario de un maltrato I )


Ahora que vuelvo la vista atrás y pienso en ello sigo sin entender como una mujer puede caer en algo así, pero estas cosas no tienen explicación, es algo que, por desgracia, nos puede pasar a todas.
Pero ahora encaro el futuro con ilusión y alegría. A pesar de encontrarme en el paro y vivir con mis padres, por fin, soy feliz.

El camino ha sido arduo y duro, pero una mañana decidí emprenderlo y eso me hizo libre.

domingo, 7 de octubre de 2012

El Secreto del Papiro (Capítulo XII parte I)


El vuelo fue tranquilo. Llegaron al aeropuerto de Egipto tal y como estaba previsto. Rick tenía todo listo para el traslado. Pasarían la noche en un hotel y a la mañana siguiente cruzarían la frontera hacia Jordania. Eso había sido lo fácil. Lo difícil vendría a partir de ahora. Encontrar la siguiente pista en Petra sería como buscar una aguja en un pajar.

-Señorita Cruz. ¿Tiene alguna pista por dónde o que exactamente tenemos que buscar cuando lleguemos a nuestro destino?- preguntó Rick mientras cargaba las mochilas en el jeep que les estaba esperando.
-Puede llamarme Silvia. Y, sinceramente, no. Espero que el pergamino nos ayude con ese punto. Necesitaría una conexión a Internet y un plano de la ciudad para poder estudiarlo.
-Ambas cosas corren de mi cuenta. Y serás Silvia si yo soy Rick. ¿Trato hecho?- contestó mientras volvía a sonreír con con picardía.
-Trato hecho- contestó ella devolviendo una sonrisa tímida a su vez.

martes, 18 de septiembre de 2012

El Secreto del Papiro (Capítulo XI parte II)


Rick caminaba por el pasillo central junto a los mostradores de facturación. El reloj marcaba media hora más de la prevista para su llegada, pero ellos no aparecían. Tras los últimos acontecimientos acaecidos estaba empezando a preocuparse.

Jack y Silvia aparecieron por fin por la puerta principal. Rick sostenía una foto del joven que el profesor le había hecho llegar. Sabía muy bien que vendría acompañado de una hermosa joven a la que habría que proteger, pero no pensó que podría impactarle de esa manera. No le gustaban las complicaciones en su vida, y por la forma de mirarla que tenía su hasta ahora guardaespaldas, sabía a ciencia cierta que esto sería una complicación. 

viernes, 7 de septiembre de 2012

El Secreto del Papiro (Capítulo XI parte I)


Su segundo salto hubiese sido más peligroso si no hubiera sabido escoger bien el momento para realizarlo. En esa época se encontraba abandonada aunque, doce años después, el explorador suizo Johann Ludwing Burckhardt la redescubriría para la humanidad. Como la vez anterior, aprovechó la oscuridad de la noche para llegar allí. Todo se encontraba en completo silencio.

Aprovechó el margen de tiempo de que disponía para pasear contemplando las maravillas que allí se ocultaban.

Se acercó al edificio del tesoro. No le sorprendió  el conjunto que tenía ante sus ojos. Muchas eran las veces que había viajado a este lugar y, precisamente por eso, había escogido este edificio para dejar la siguiente clave. Retrocedió sobre sus pasos buscando con su pequeña linterna el altar erigido en la mitad del camino del desfiladero. Sabía perfectamente la inscripción que allí se encontraba. Sería perfecta como pista. Tras grabar las claves de la siguiente etapa una luz volvió a destellar en la noche. Su paso por allí había sido breve.

viernes, 31 de agosto de 2012

El secreto del papiro (Capítulo 10)



-¡Mierda jefe! ¿Qué vamos a hacer ahora?- preguntó el hombre que había disparado.
-No era así como lo había planeado. Que no cunda el pánico. Busquemos la información que necesitamos, tiene que estar en algún lugar.- Miró a su alrededor antes de dar la siguiente orden.- Tú ve arriba y busca cualquier cosa que nos ayude, yo miraré en el disco duro de su ordenador.

Revisaron todas sus pertenencias en busca de alguna pista que les ayudara para encontrar el paradero de su escurridiza amiguita, pero no había rastro de ella. En el ordenador tampoco había ningún archivo esclarecedor, por lo que la frustración estaba empezando a hacer mella. Cuando se disponía a apagarlo, observó que un correo acaba de ser enviado.
-¡Bingo!- gritó mientras una gran sonrisa se reflejaba en su cara.
-¿Si jefe?
-Imprimiré esto y después podremos irnos. Deja todo limpio. Partimos inmediatamente.


miércoles, 29 de agosto de 2012

BOOKTRAILER LA PIRÁMIDE DE LUZ


¿Has leído ya La pirámide de Luz? aquí tienes su Booktrailer. Un vídeo que no te dejará indiferente.

domingo, 26 de agosto de 2012

El secreto del Papiro (Capítulo 9 parte I)


El profesor Adam trabajaba en su despacho cuando el reloj marcó las doce de la noche. Desde el día en que Jack y Silvia habían abandonado la capital no había vuelto por la universidad, evitando así cualquier incidente tras el intento de secuestro de Silvia.

Esa misma mañana se había puesto en contacto con su amigo de la CIA confirmando que, al día siguiente, el agente del profesor se encontraría con Jack en el lugar de encuentro.
El viejo profesor se encontraba más tranquilo con ese hecho, pero no conseguía quitarse de encima esa sensación de peligro que llevaba todo el día acosándolo. Había aprovechado la visita de su viejo amigo, el director del banco en que mantenía actualizadas sus cuentas, para dejar varios asuntos arreglados.
 Últimamente no se había encontrado muy bien y su corazón empezaba a resentirse con las emociones de los últimos días. Sólo esperaba que Jack y Silvia consiguiesen zanjar todo sin demasiadas complicaciones. Algo en la mirada de esos chicos le decía que había algo más de lo que hacían ver.

domingo, 5 de agosto de 2012

La Marca de Horus (Capítulo 4 parte I)


Seguir su rastro hasta el centro comercial era algo demasiado fácil. Notaba en el aire el perfume característico que sintiera junto al edificio que vigilaba. Ese suave olor le llevaba hasta un local al otro lado de la entrada, pero retrocedió sobre sus pasos de nuevo al parking. Allí se perdía la pista. Frustrado caminó en círculos intentando rastrear de nuevo a la muchacha. Una pequeña ráfaga de suave brisa le puso de nuevo en la pista.

-¡Vamos!-indicó al compañero que se acababa de incorporar a la búsqueda.
  
Patty  conducía hacia casa sin poder quitarse de la cabeza al atractivo y enigmático hombre que acababa de conocer. Casi no compartió conversación con él, pero una simple mirada consiguió que sus piernas se volviesen de mantequilla. ¿Tal vez debería pedirle a Alex que me ayudase con él? Pensó mientras giraba en el semáforo sin prestar atención.

El Secreto del Papiro (Capítulo 8 parte I)


Los intentos en la universidad les habían conducido a un callejón sin salida. Algunos estudiantes se habían cruzado en el camino con la joven que buscaban, pero no podían facilitar más información al respecto, ya que nadie la conocía. Sólo uno de ellos comentó que creía haberla visto visitando al viejo profesor, pero en secretaría les informaron que se encontraba enfermo y llevaba unos días sin acudir a su despacho.
-Tal vez sea hora de hacerle una visita al señor Adams.
-Está bien jefe. Averiguaré su dirección y veremos que sabe.


El Secreto del Papiro (Capítulo 7 parte III)


Las noticias del viejo profesor no eran muy buenas. Tras su salida precipitada de la ciudad no habían tenido tiempo de avisarle sobre su amistoso encuentro en el hotel, no obstante, volvían a saber de ellos. Al salir esa tarde de la universidad había tropezado con dos hombres que andaban merodeando por el campus, por eso había llamado a Jack. Tras su conversación telefónica en la que pudo explicar al profesor la situación, éste decidió trabajar unos días desde su casa para despistarlos.


Salieron temprano del hotel. El sol empezaba a desplegar sus cálidos rayos bañando con su luz los campos verdes que serpenteaban junto a la carretera. Pararon a llenar el depósito del coche y comprar un par de cafés y unos bollos para desayunar mientras seguían su ruta. Querían llegar lo antes posible pues el viaje, en el que ambos mantenían un completo silencio, empezaba a hacerse insoportable. Ninguno de los dos realizó comentario alguno sobre la pasada noche y Jack, además, no consiguió descansar en el duro sofá donde terminó durmiendo. Sabía que no debía forzar las cosas, pero su sola presencia bastaba para disparar sus instintos más primitivos.

viernes, 3 de agosto de 2012

El Secreto del Papiro (Capítulo 7 parte II)


Tras sus palabras se sentó en la cama y tiró de su camiseta sacándola por la cabeza.
Silvia no pudo quitarle los ojos de encima mientras la prenda iba dejando a la vista un marcado y bronceado abdomen que dejaba sin aliento, fijándose en el tatuaje grabado en su piel, varias letras árabes descendían por el lateral izquierdo de su cuerpo.

Siguió ascendiendo la mirada mientras más cuerpo se quedaba al aire, pero la visión de su torso y sus hombros, hizo que se sintiera arder por dentro.
Jack exudaba poder por cada poro de su piel. Llevaba tatuado un pequeño brazalete en su brazo derecho y una pequeña cicatriz descendía como una flecha hacia su pecho, sus labios deseaban recorrer el camino de la misma.

domingo, 29 de julio de 2012

La Marca de Horus (Capítulo 3 parte V)



-Ha sido un placer conocerte Patty.
-Igualmente-contestó ella- y espero que cuides bien de mi amiga- terminó mientras sonreía y se alejaba hacia su coche.
-Lo haré, no lo dudes- se volvió hacia Alex-¿estás lista para dar una vuelta en moto?
-Por supuesto-sonrió mientras cogía el casco que le ofrecía- adoro las motos.- Y sin que le diera tiempo a reaccionar, se colocó el casco y se subió en la CBR que esperaba a ambos.

La noche era cálida con una hermosa luna en cuarto creciente que iluminaba suavemente las calles de la ciudad. El bullicio de la gente se sentía en la piel. Bares, restaurantes, cines, era sábado noche y nadie quería quedarse en casa con este calor.
Un par de turistas desviaban la vista constantemente como buscando algo. ¿Realmente eran turistas? Rick aceleró más y se alejó de aquella parte de la ciudad.

lunes, 23 de julio de 2012

El Secreto del Papiro (capítulo 7 parte I)



-¿Estás bien?- preguntó Silvia cuando por fin aminoraron la velocidad.
-No te preocupes, no ha sido nada, sólo un pequeño rasguño.
Pero ella sabía que le estaba molestando. Notaba como el sudor empezaba a caer por su frente y conducía con una sola mano.
-Da igual, en cuanto puedas para en una gasolinera. Cogeremos algo para desinfectar esa herida y echarla un vistazo.
-Silvia de verdad, no pasa nada.
-¡No! Me da igual lo que digas. Veré tu herida y no se hable más.
Pasó su mano por su pelo mientras contenía su frustración y aguantaba una mueca de dolor.
-Está bien. Sigues siendo igual de cabezota ¿eh?

jueves, 19 de julio de 2012

El Secreto del Papiro (Capítulo 6 parte II)



-Señorita Cruz, un solo ruido y mi amigo no dudará en disparar ¿Nos permite pasar?
Silvia no pudo articular palabra. Delante de ella se encontraban dos hombres armados que sabían quien era.  ¿Serían estos tipos los que habían acabado con la vida de su mejor amiga? ¿Había conseguido llegar hasta aquí y todo se terminaría en este momento? Tenía que mantener la calma. Jack llegaría en cualquier momento y lo que menos deseaba era que resultase herido por su culpa.
  
Tras conseguir recuperar la compostura contestó- adelante ¿A que debo el placer de su visita caballeros?
-Creo que tiene algo que nos pertenece- asintió el hombre rubio de la cicatriz en la mejilla. Sus afiladas facciones le hacían parecer siniestro y despiadado y mantenía su mano derecha junto a la pistola que descansaba en la funda de su cinturón. Sin buscar su aprobación avanzó unos pasos hasta encontrarse dentro de la habitación de Silvia. Su compañero, que seguía apuntando directamente a su cabeza, siguió al otro hombre.
-Si es así, díganme el qué y se lo entregaré. – respondió ella.
-Me temo que no es tan fácil señorita, mi jefe quiere hablar con usted. Tendrá que acompañarnos y le indico que será por las buenas o por las malas, usted decide.

viernes, 6 de julio de 2012

La Marca de Horus Capítulo 3 parte IV


Tomaron la avenida principal en dirección a Tatum Boulevard. El Desert Ridge era un espacio comercial con chimeneas al aire libre y con fuentes por todas partes. Estaba lleno de tiendas y restaurante en una gran extensión.

Patty aparcó el pequeño coche en el aparcamiento del centro comercial y ambas mujeres se dirigieron a la entrada principal. Pasaron junto a las fuentes donde unos cuantos niños disfrutaban de los chorros de agua que hacían más llevaderas esas calurosas noches de verano. Entraron por el pasillo principal y pronto el frescor del aire acondicionado las impactó. A lo lejos se oía la música del grupo que actuaba en directo esa noche. Se dirigieron hacia la cervecería ubicada en el eje principal del centro. Siempre solían ir allí a tomarse unas cervezas todas juntas.
Alex le pidió al camarero dos jarras bien frías y se sentaron en una de las pequeñas mesas.

-¿Dónde has quedado con él?-le preguntó su amiga mientras el camarero les traía sus bebidas.
-Pues ahora que lo pienso-contestó mientras pagaba las dos cervezas-no concretamos ningún sitio.
-Y ¿cómo diantres piensas cenar con tu cita?
-De eso puedo encargarme yo- contestó una voz demasiado varonil para ser de este mundo- Buenas noches Alex.
Levantó la vista hacia el recién llegado, aunque no necesitaba mirarle, podría reconocer esa voz en cualquier sitio.
-Buenas noches- contestó mientras un pequeño rubor encendía sus mejillas.
-Hola yo soy Patty- respondió su amiga antes de que pudiese presentarla.
-Encantado- se volvió hacia Alex de nuevo-Te espero en la puerta principal, no tengáis prisa.
-No tranquilo, ya estábamos terminando- contestó su amiga por ella- ¿verdad Alex?
Se había quedado sin palabras así que sólo acertó a asentir con la cabeza y se levantó como por un resorte.
-Entonces será un placer acompañarlas.

Los tres salieron juntos del local y se dirigieron a la puerta por la que Patty y Alex habían entrado. Rick se acercó a su amigo Silver que estaba junto a las motos de ambos.
-¿Quién es ese tipo?-le preguntó Patty a su amiga cuando vio a un hombre todo vestido de negro junto a una BMW 
-Es un amigo de Rick- le contestó ella.
Patty estaba impactada ante el hombre que tenía delante y no podía retirar la vista de él.
Silver también noto una fuerte atracción hacia esa morena de ojos verdes que acompañaba a la compañera de su amigo, pero intentó disimular.
Rick se acercó a él y le pidió un casco de moto, después se despidió de las dos mujeres y se marchó.

El Secreto del Papiro (Capítulo 6 parte I)


La noche cerrada escondía su sombra de miradas curiosas. Había elegido muy bien el momento del salto para no encontrarse ninguna sorpresa. Le costó varios meses preparar todo para que su plan saliera como esperaba. Si todo salía bien, pronto el pergamino estaría en manos de Lis. Sólo ella sería capaz de entender la situación y hacer lo correcto. Su mente científica no le permitía destruir semejante descubrimiento.

Pequeñas antorchas se divisaban a lo lejos. Sus investigaciones eran correctas y, tal como sospechaba, existía una ciudad de los vivos o campamento humano. Habría dado un tercio de su vida por tener más tiempo y poder observar y contemplar como era el día a día de aquellos primeros seres humanos, pero tiempo es lo que no tenía.

Caminó lo más rápido que podía sin hacer ningún tipo de ruido. Sus ojos se acostumbraban a la oscuridad cuando, frente a él, una enorme y maravillosa construcción se plantaba majestuosa e imponente. Sólo por eso ya valía la pena perder la vida. Sus pupilas tenían el privilegio de ver como era realmente una de las mayores maravillas de las historia.

lunes, 2 de julio de 2012

La Marca de Horus Capítulo 3 parte III


Alex había sentido una pasión inmensa por Egipto desde que tenía uso de razón. Sus estanterías estaban llenas de libros sobre arte, dioses, cultura y novelas históricas que devoraba en cuanto caían en sus manos. Realizó un par de viajes hacía ya tres años y se había sentido, como ella solía decir, en casa, cuando pudo visitar los templos del país.
De hecho a su regreso de allí su pasión se sentía más fuerte aún y decidió incluso realizarse varios tatuajes.
El primero fue una cruz de vida en su hombro y después se tatuó una mariposa batiendo sus alas como símbolo del renacer en el centro de su espalda, el nombre de la diosa guerrera en su pie derecho y dos iniciales en su muñeca izquierda.

El Secreto del Papiro Capítulo 5 parte II


La velada discurría plácidamente por conversaciones banales sobre sus vidas. Silvia no sabía si era el efecto del vino, pero cada vez que Jack reía a ella se le aflojaban las piernas. Sintiéndose como gelatina, no sabía si escapar corriendo de allí o pedirle a Jack que la llevara él mismo a las puertas del infierno, pero muy a su pesar, se despidió de ella en la puerta de su habitación con un dulce beso en la mejilla.

miércoles, 27 de junio de 2012

El Secreto del Papiro Capítulo 5 parte I



-¿Estás seguro de ello?- preguntó una voz al otro lado del teléfono móvil.
-Si señor. Hemos comprobado la información. Embarcó en el vuelo con destino a Londres, lo que no sabemos es si tiene el manuscrito en su poder, pero sospechamos que sí ante su repentina y precipitada partida.
-Está bien. Encuéntrala y tráemela.
-¿Viva o muerta señor?
-Viva por su puesto. Necesito comprobar que es lo que sabe antes de deshacernos de ella y recuperar el dichoso manuscrito. Muerta, por ahora, no nos serviría de nada.
-Muy bien, partimos inmediatamente. Creo que se dónde puede encontrarse.
Tras sus palabras el otro lado de la línea se quedó en silencio. La llamada había terminado, era hora de realizar el trabajo.
Comprobaron el horario del próximo vuelo con destino a la capital inglesa y se acercaron al mostrador de la compañía para sacar los billetes. En unas horas estarían en el viejo continente.

martes, 26 de junio de 2012

El Secreto del Papiro capítulo 4 parte II


Jack se levantó de la silla y comenzó a caminar por la habitación. Un acceso de ira subía lentamente hacia su garganta y no sabía si reír o gritar. Sin poder contenerse más estampó el cenicero de la mesa del profesor contra la pared.
-¡Cálmate Jack!- gritó Silvia- así no conseguiremos nada y ya estoy bastante agobiada con todo esto.
-Lo siento. Sólo se me ocurre una cosa en estos momentos. Si destruyes el manuscrito te matarán inmediatamente, encambio si por ahora, y sólo digo por ahora, lo mantienes, tendremos una baza con la que jugar.
-Tal vez- respondió el profesor Adam- pero de lo que si estoy seguro es que debes marchar cuanto antes.
-¿Marcharme?- respondió ella ante sus palabras.

El Secreto del Papiro Capítulo 4 Parte I


Tras la sesión fotográfica decidieron cenar en el hotel de Silvia.

-¿Por qué te fuiste?- era la pregunta que había estado rondando en su cabeza desde el momento que se encontró con él en el pasillo de la universidad.
-Silvia, te di la oportunidad de que me acompañaras, pero no quisiste. Tal vez sería yo el que debería preguntarte ¿por qué me dejaste marchar?
-Tú y siempre tú. Ese fue el problema Jack. Nunca pensaste en lo que yo quería. Para ti solo existía lo que Jack quería o deseaba.
-Eso no es cierto.
-Si lo es. Sabías cuales eran mis sueños y nunca me apoyaste ¿Tan malo hubiese sido quedarte conmigo? ¿Echar raíces por una vez en tu vida y vivir sencillamente?- los ojos de Silvia se llenaron de lágrimas.
-No es tan fácil y lo sabes. Yo también tenía mis sueños. Fénix me asfixiaba. No era suficiente para mi y lo sabes. No podía soportarlo, pero te juro una cosa, habría dado mi vida porque tú me acompañaras.

La marca de Horus Capítulo 3 parte III


El timbre de la puerta sonó por tercera vez. Alex se había quedado dormida en el sofá con la televisión puesta más de lo que ella pensaba. Se desperezó y se levantó dispuesta a abrir.-¡Ya voy, ya voy!-gritó ante la insistencia de la persona que estaba al otro lado.
Abrió todavía medio dormida.
-Ya era hora- dijo Patty mientras apartaba a su amiga de la puerta para entrar- ¿todavía estás así?-Alex se miró sin saber a que se refería su amiga-Venga a la ducha sin demora que después tendré que ponerme con tu pelo y tu maquillaje.
-Tranquila, sólo son las-miró el reloj desconcertada-¿seis?
-Si las seis. Te volviste a quedar dormida en el sofá eh.
-Si pero no pasa nada, hay tiempo de sobra, he quedado a las diez- contestó mientras cogía una toalla limpia del armario y se dirigía a la ducha antes de que a su amiga le entrase un ataque de histeria.
-Se pasarán más rápido de lo que imaginas, así que mientras te duchas iré escogiendo la ropa para que luego podamos decidir que te pones.

jueves, 21 de junio de 2012

La Marca de Horus (Capítulo 3 parte II)


Esa mañana Alex no tuvo ninguna prisa en levantarse. La noche anterior llegó a casa más tarde de lo que pensaba así que apagó el despertador cuando sonó la alarma y siguió durmiendo un rato más. El teléfono móvil empezó a emitir una repetitiva melodía despertándola de un apacible sueño.
-¿Si?-preguntó medio dormida mientras miraba el reloj de la mesilla.
-¿Todavía estás durmiendo?-preguntó una dulce voz al otro lado de la línea- Ya son las once de la mañana.
-Patty anoche nos acostamos tarde, ¿qué más da a que hora me levante hoy?
-¿¡Cómo que qué más da?! Esta noche es tu cita y tienes que estar estupenda así que me pasaré luego por tu casa para echarte una mano.
Alex se llevó las manos a la cabeza, sólo iba a salir a cenar con un hombre; bueno un fuerte, apuesto y sexy hombre, pero no era para que sus amigas montaran todo un espectáculo por esto.

-Está bien. Si te hace ilusión-dijo con voz cansada- Te veré aquí a las seis ¿te parece bien?
-Perfecto. Allí estaré.

Se desperezó y se levantó de la cama dispuesta a darse una ducha. Hoy pensaba pasar el día en casa tranquilamente hasta la hora de arreglarse para su cena.
Mientras se dirigía al cuarto de baño se dio cuenta que esa noche había dormido sin la extraña pesadilla que últimamente regresaba a sus sueños. Se encontraba más descansada que nunca y eso le dio ánimo para salir a correr un rato.

La Marca de Horus (Capítulo 3 parte I)


Un hombre moreno de metro ochenta de estatura y no más de cuarenta años, paseaba por la inmensa sala sin poder estar quieto. Vestía un pantalón de cuero negro ajustado que marcaba su cintura y acentuaba más su desnudo y ancho torso. Su cuerpo atlético dejaba al descubierto su presencia en la batalla. Un tatuaje de un pequeño tornado descansaba sobre su pectoral izquierdo. Su melena negra como el azabache caía sin llegar a tocas sus fuertes hombros. Set esperaba ansioso noticias frescas. Había perdido la pista de su sobrino hacía unas semanas, algo que le resultaba realmente extraño.


Por fin Apofis hizo acto de presencia. Era más bajo que su líder, pero podía perfectamente competir en masculinidad. Sus ojos azules como el océano te atrapaban en su frío corazón. Una pequeña cicatriz cruzaba su hombro izquierdo, recuerdo de un enfrentamiento con Anubis en el pasado. Llevaba el pelo corto y vestía todo de negro. Se acercó a la puerta de la sala y entró sin llamar. Ya sabía que le estaba esperando. Su señor empezaba a impacientarse y todos sabían de su ira cuando no conseguía sus propósitos.

-Mi señor- dijo su siervo cuando entró en la gran sala e hincó la rodilla en el suelo en señal de respeto.
-Levántate. Hace rato que espero tu informe. ¿Has dado con él?
-Si mi señor- contestó

La Marca de Horus (Capítulo 2 parte III)


Después de fulminar todas las existencias de helado de chocolate por lo que Annie y Alex se ofrecieron voluntarias para acercarse a la tienda ubicada al otro lado de la calle.

-No hay nada peor que una fiesta de pijamas sin extra de chocolate chicas- comentó Nancy al comprobar que Lucy paladeaba la última cucharada del helado. No tenían más remedio que salir a por unas cuantas tarrinas si no querían que la fiesta se viniese abajo.

La Marca de Horus (Capítulo 2 parte II)


Las calles se encontraban atestadas de gente paseando a esas horas de la noche. El sol había caído y la temperatura, a pesar de que seguía siendo alta, era más soportable.
Rick y Silver habían aparcado junto al parque que estaba ubicado al final de la calle de la casa de Amanda. Desde allí podían divisar sin problema el pequeño adosado en el que Alex se encontraba esa noche.

-¿Cómo vas a hacer para llegar hasta ella Rick?- preguntó su compañero mientras se encendía un cigarrillo.
-Que estúpida manía has cogido ahora con el tabaco.
-La verdad que he encontrado una pequeña fuente de placer y como no puede hacerme ningún daño. Ya sabes que siempre estoy recopilando información- respondió su amigo mientras le daba una profunda calada a su cigarrillo y miraba a Rick con cara de autosuficiencia- Sigo esperando tu respuesta- terminó de decir mientras expulsaba el humo con gran deleite.
-La verdad que no se- contestó a la pregunta de su amigo- Estoy confuso
-¿El gran Rick confuso? Eso si que es una novedad- dijo mientras soltaba un par de carcajadas ante la atónita mirada de su amigo.
-No te pases o tendré que matarte- contestó con cara de pocos amigos.
-Vamos Rick. No todos tenemos la suerte de poder encontrar a nuestra compañera. Deja que al menos disfrute un poco con tu nuevo sentimiento.

La Marca de Horus (Capítulo 2 parte I)


Rick llegó a su apartamento con una gran sonrisa en los labios. No le gustaban nada los sitios cerrados y llenos de gente, pero necesitaba verla, sentirla cerca aunque sólo fuese un momento. El simple roce de su mano le había producido una descarga de mil voltios por todo el cuerpo. Estaba convencido, después de tanto tiempo por fin la había encontrado.


Sabía que no podía bajar la guardia y menos en esos momentos en que se avecinaba una dura y terrible lucha, pero no estaba dispuesto a perder y menos ahora. La noche sería larga. Había escuchado a hurtadillas la conversación que habían mantenido ella y su amiga, por lo que durante su guardia aprovecharía para pasarse por allí y vigilar que todo estaba bien. Sabía que pronto tendría que descubrirse, pero tenía miedo de ese momento. ¿Sería capaz de convencerla para que se quedase a su lado? Descartó sus dudas y cogió el teléfono del bolsillo del pantalón. Tenía que avisar de su paradero a Silver y los demás antes de que pensasen lo peor.

La Marca de Horus (Capítulo 1 parte II)


Ambas amigas rompieron en carcajadas. Pagaron la cuenta y emprendieron el camino de las tiendas. Era hora de dedicarse a las compras, para eso estaban allí.

Alex esperaba en la puerta de una tienda para bebés mientras su amiga decidía cual de los distintos trajecitos se llevaría. Absorta con su teléfono móvil no vio venir al hombre que, sin darse cuenta, chocó con ella junto al escaparate.

-Disculpe- le dijo una voz suave y varonil como salida del más allá.
-No se preocupe. No ha sido nada- contestó Alex mientras recogía el móvil del suelo y levantaba la cabeza para mirar al hombre que le tendía una mano. Unos ojos verde oscuro la miraban intensamente y tras ayudarla a levantarse, una blanca y espectacular sonrisa se escapó de sus labios antes de seguir su camino.

Alex se quedó sin aliento. Esos ojos la habían impactado de tal forma que no podía estar equivocada. Eran los ojos que veía en su sueño, estaba completamente segura de ello.
Pero eso no podía ser. Pensó que el calor la estaba empezando a afectar y desechó esa ridícula idea.

La Marca de Horus (Capítulo 1 parte I)



Alex se despertó en el silencio de la noche. Miró a su alrededor desconcertada hasta que consiguió orientarse de nuevo en la oscuridad. Buscó a tientas el interruptor de su lamparita de noche y, tras encender la luz, consiguió calmarse lentamente.

Era la quinta vez en esta semana que tenía el mismo sueño, y aunque cuando despertaba no conseguía recordar todos los detalles, siempre abría los ojos angustiada y desubicada, como esperando aparecer en otro sitio que no fuese su cuarto. Al principio no le había dado importancia, pero en el último mes se había convertido en un sueño habitual y empezaba a preocuparse.

Bebió un poco de agua de la botella que tenía en la mesilla e intentó volver a conciliar el sueño, aunque sabía que sería difícil dormir de nuevo. El calor se había vuelto sofocante desde hacía varios días. El verano se esperaba seco y caluroso, más caluroso de lo habitual.

Una suave brisa se coló por la ventana de su apartamento refrescando un poco la alta temperatura del cuarto. Alex se relajó en la cama quedándose poco a poco dormida. Unos ojos verdes vigilaban su descanso.

Los Protagonistas de "La Marca de Horus"

RICK
SILVER
MIN
RAF




jueves, 17 de mayo de 2012

EL SECRETO DEL PAPIRO CAPITULO 2 (PARTEIII)


Sin poder salir de su asombro Silvia siguió a Jack por el pasillo hasta un pequeño despacho en el ala lateral de la universidad. Sus pensamientos pasaban veloces por su mente aturdida. Sin quererlo, se había abierto su caja de Pandora y no sabía si sería capaz de controlarla.

 El despacho era de dimensiones reducidas, pero su espacio había sido aprovechado al máximo. Estanterías de libros hasta el techo y distintas obras de arte antiguas colmaban la habitación. Una mesa de escritorio se encontraba frente a la puerta y sentado a la misma, sumido en sus pensamientos, un hombre de unos sesenta años se frotaba la frente mientras leía una y otra vez el mismo texto.

 Profesor Adam, la señorita Cruz ha llegado.- anunció Jack al ver que su viejo amigo no se percataba de la invasión en su estudio.

-¡Ah, estupendo! Adelante por favor. Señorita Cruz es un placer. ¿Cómo se encuentra mi querida alumna Lis?- preguntó mientras ofrecía asiento a los recién llegados.

-Me temo que no traigo buenas noticias profesor. Lis fue asesinada.

martes, 15 de mayo de 2012

Una gran novela para leer

Hace unas semanas terminé de leer la novela "Lejos del Miedo" de mi amiga Virgina Pino y, como me suponía, me quedé con ganas de más, por lo que comencé la lectura de la segunda parte de su novela titulada "Mar de cristal". ¿Qué decir de estos dos estupendos libros? Pues que si te gustan las novelas de vampiros no puedes pasar sin leerlas. Te advierto, no es la típica novela de amor entre vampiros y humanos, pero si que está impregnada de un gran romance.

Sólo decir que me han enganchado de principio a fin y, aparte de felicitar a Virgina desde este humilde blog, recomendaros su lectura.

Virgina, espero la tercera parte, no puedes dejarnos así...

II Encuentro entre Escritores de Algete

Aquí os dejo una foto del pasado Encuentro con Escritores de Algete

jueves, 26 de abril de 2012

La Pirámide de Luz (parte2)

Se levantó y se acercó a la terraza embriagada por el resplandor de esa luna que parecía llamarla, atrayéndola hacia ella de una manera irresistible, los recuerdos de su llegada invadieron su mente.



-Ahotep, Ahotep!, Acaban de confirmarme que el faraón llegará a Menfis en tres días, por lo visto le acompañará el Sumo Sacerdote de Karnak.

-Neferet-contestó la sacerdotisa, nunca has acertado con tus informadores, que se le habría perdido al faraón aquí? No creo que sea cierto.

-De verdad, se comenta que tiene que ver con una profecía, seguramente quieran consultar en la Casa de Vida- terminó de explicar  a su amiga.

-Déjate de chismes y prepara las libaciones, se acerca la hora de nuestras ofrendas a la diosa.

Con cara de disgusto Neferet se dio media vuelta para cumplir las órdenes que le acababan de dar.

-Está bien!, Pero dentro de tres días me creerás y no volverás a desconfiar de mí- gritó mientras cruzaba el umbral de las habitaciones.


El Secreto del Papiro Capitulo 2 (II parte)


Silvia acababa de llegar a Londres y tras quedar en verse con el profesor al día siguiente, cogió un taxi y fue directa al hotel que había reservado. Aprovecharía para descansar del viaje y navegar un poco por la red, a ver si era capaz de encontrar algún tipo de información que le fuese de utilidad.

 En la última semana su vida se había convertido en un auténtico caos, su mejor amiga había sido asesinada por un pergamino que ahora se encontraba en su poder, había pedido unas vacaciones anticipadas en su trabajo, y había viajado hasta Londres, ¿qué más podía suceder?

Pidió que le subiesen algo de cena a la habitación y se dio una ducha para relajarse. Había pasado toda la tarde delante de la pantalla del ordenador sin encontrar nada útil. Sus ojos estaban enrojecidos y el cansancio no le permitía seguir concentrándose.

II Encuentro Entre Escritores de Algete

Ayer tuve la gran suerte de ser una de las escritras invitadas al II Encuentro entre Escritores que Algete celebró con motivo de la Feria del Libro.
Fue una muy grata experiencia a pesar de que sigo sonrojándome cuando toca presentarse delante del público.
Allí he tenido el placer de conocer a Virginia Pino, escritora de Algete que ya tiene un poco más de experiencia en este apasionante mundo de la escritura con su primera novela "Lejos del miedo" y la continuación de la misma "Un mar de cristal". Novelas que os recomiendo a tod@s porque se que os van a gustar, sobre todos a mis amigas del foro Alishea que disfrutan con las novelas sobrenaturales, de hecho, en su blog podéis conseguir su primera novela para que os introduzcais en el fantástico mundo que ha creado en su primera novela.

Además, ayer, tuve la gran suerte de aprender unas cuantas cosas muy interesantes y, sobre todo, de compartir la pasión por la escritura con todos los asistentes al evento.
Asi que es hora de retomar este blog, de ponerme las pilas que están bien cargadas y empezar a escribir de nuevo...

lunes, 27 de febrero de 2012

El Secreto del Papiro Capítulo 2

Jack se encontraba en el despacho del profesor catalogando los últimos libros que habían llegado esa mañana. Llevaba ocho años trabajando para él y disfrutaba cada momento que pasaba junto al viejo profesor.
Pronto partirían hacia Toronto para realizar una de las conferencias que tenían previstas ese año. El profesor Adam era experto en lenguas antiguas, así como en arqueología e historia antigua.  
Cada vez que se encontraba en la pequeña sala biblioteca que el anciano profesor tenía adjunta a su despacho, sus pensamientos volaban una y otra vez en la misma dirección. Esos libros le traían recuerdos de una adolescente que adoraba el arte y la lectura por encima de todo. Pero había sido hace mucho tiempo, y aunque el recuerdo le asaltaba en los momentos más inesperados, no quería que condicionasen su vida. Una vida que él mismo había decidido sin pensar en las consecuencias.

Jack era alto, metro ochenta más o menos, y aunque siempre había sido de constitución delgada, su vida había hecho que sus brazos fuesen fuertes con músculos bien marcados. Las excavaciones del profesor habían sido su gimnasio particular y habían dado forma a su cuerpo atlético. Llevaba el pelo muy corto de un suave color miel y su piel, ligeramente bronceada, hacía todavía más atractiva esa mirada de ojos verdes tan profunda como serena.

Sonrió ante su siguiente pensamiento. Como le gustaba recordar a esa pequeña morenita que tantas y tantas veces había ido a buscarle mientras jugaba con sus amigos. Su sonrisa se ampliaba según su mente avanzaba en la historia. Una sonrisa pícara que hacía derretirse a cualquier mujer a la que fuese dirigida.

-Jack- llamaron desde fuera de la habitación.

Su mente volvió a la realidad, y dejando con cuidado sobre la mesa auxiliar el libro que quedaba por colocar, abandonó la pequeña biblioteca para ir a ver a su amigo y profesor.

-Profesor Adam.-llamó Jack al entrar al despacho de su amigo.

El anciano profesor de cabellos blancos, estaba sentado junto a una pequeña mesa que le servía de escritorio en una habitación repleta de artilugios, figuras y libros. Llevaba una camisa de color crema impoluta y unos pantalones marrones. Parecía que en cualquier momento fuese a salir de expedición.
Su mirada, profunda como la noche, dejaba entrever una gran sabiduría adquirida con los años. Tenía el pelo corto y su barba, que arreglaba cada dos días para que no creciera demasiado, disimulaba las arrugas de su rostro.

-Aquí estoy JC. Pasa y ten cuidado con la figura que hay al lado de la estantería. Se ha partido la peana que la sujetaba y puede caer en cualquier momento.- contestó el profesor.
Jack pasó con cuidado junto a la copia de la Venus de Milo que tanto le gustaba a su viejo amigo.

-¿Quiere que la lleve al departamento de restauración? Seguro que pueden dejarla como nueva.
-No te preocupes. Ya he llamado a los chicos y vendrán a por ella después de comer.- contestó el profesor.
-Hemos recibido noticias de la universidad de Toronto. Me temo que tendremos que retrasar el viaje profesor.
-¿Por qué?
-Una pequeña confusión en la organización de las conferencias. La suya está programada para dentro de dos semanas, ya que por motivos de agenda han tenido que realizar algunos cambios en el programa.
-Está bien pero, ¿qué va a pasar con los billetes? Ya los teníamos emitidos para el viernes.
-Eso no será ningún problema. Como el error ha sido suyo, se harán cargo de los gastos por el cambio de fecha así como de realizar las gestiones oportunas con la compañía.

-Estupendo. Entonces como tú mismo has dicho, no hay ningún problema.- contestó el profesor.
-Ninguno. En cuanto el cambio esté realizado me acercaré a por los nuevos billetes. Si me necesita estaré con los chicos en el laboratorio.- contestó Jack antes de marcharse.

El Secreto del Papiro Parte 3

-¿Señorita Cruz?- preguntó un joven con el uniforme de una de las mensajerías de la ciudad.
-Si.
-Este paquete es para usted, si es tan amable de firmar la entrega.

Silvia firmó los documentos y le dio las gracias al mensajero. No esperaba nada por lo que le sorprendió recibir un paquete y más a esas horas.
Se sentó de nuevo en el sofá y abrió el sobre que lo acompañaba. Las lágrimas volvieron de nuevo a sus ojos al descubrir la escritura de su amiga.

“Querida Silvia,
Si recibes esto es señal que algo me ha sucedido. Se que últimamente no he sido la gran amiga que tú te merecías pero cuando veas lo que contiene el paquete que ahora te envío me entenderás.
Sólo quiero pedirte una última cosa, no dejes que caiga en las manos equivocadas, es de vital importancia. Alguien lo persigue y si llegase a caer en sus manos, no se que podría suceder.
Por favor se fuerte, por mi, te necesito más que nunca. Debes llevar su contenido al profesor Adam, él te ayudará.
Silvia, esté donde esté siempre estaremos juntas.
Tu amiga,
Lis.”

Con lágrimas en los ojos desató el cordón que cubría el pequeño paquete y lo abrió.

Silvia no entendía nada de lo que aparecía en el pequeño pergamino que su amiga le había hecho llegar. Los símbolos le eran totalmente desconocidos, aunque el dibujo que figuraba al final del texto, una especie de máquina moderna, no parecía corresponderse con la antigüedad del documento.
Sabía que si su amiga había sido asesinada por ello, debía ser demasiado valioso e importante, por lo que, dejando escondido en un pequeño rincón el dolor que sentía por su pérdida, caminó hasta su habitación dispuesta a preparar su maleta y coger el primer avión a Londres.
La dirección del profesor Adam estaba escrita en la carta que Lis había dejado y, pasase lo que pasase, estaba dispuesta a cumplir la última voluntad de su amiga.

miércoles, 1 de febrero de 2012

El secreto del papiro (parte2)

El teléfono sonó a primera hora de la mañana, Silvia se encontraba en el baño terminando de arreglarse cuando descolgó.
-¿Si?
-Señorita Cruz, ¿es usted?- contestó una voz masculina al otro lado de la línea telefónica.
-Si soy yo, ¿con quién hablo?
-Soy el inspector Carter, estoy enviando en este momento un coche a buscarla, deseo hablar con usted lo antes posible.- contestó él.

El tráfico era intenso a esas horas de la mañana, era difícil llegar al centro de la ciudad, por lo que el conductor tuvo que cambiar de recorrido si quería llegar a tiempo a la comisaría.

Silvia entró en el despacho del detective nerviosa y preocupada por las noticias que pudiese darle. Sabía que algo le había sucedido a su amiga y esta espera la estaba matando.

El agente Carter estaba esperándola junto a una taza de café bien cargado. Llevaba el pelo corto engominado que dejaba al descubierto una frente cargada de pequeñas arruguitas. Se quitó las gafas que llevaba puestas mientras ojeaba un informe delante de su mesa de despacho y se levantó para acercarse a la visitante que acababa de interrumpir sus pensamientos mientras extendía la mano para saludarla.

-Señorita Cruz, disculpe los modos, pero era de vital importancia que acudiese lo antes posible.
-Por favor, necesito saber que le ha sucedido a Lis.
-Siento ser portador de malas noticias. Lisa Hammer ha sido asesinada.
.¡Oh Dios!- respondió Silvia mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y la bilis ascendía por su garganta.
-Le pido disculpas pero necesito que conteste a unas preguntas.
Silvia levantó su cabeza que había colocado entre las piernas cuando las ganas de vomitar habían surgido.

-Lo entiendo. Ayudaré en todo lo que me sea posible, pero deme un minuto para recuperarme- respondió mientras sacaba un pequeño pañuelo del bolsillo e intentaba secarse las lágrimas que no dejaban de salir.
-¿Cuándo fue la última vez que se encontró con la señorita Lis?- preguntó el detective.
-Hace dos semanas. Quedamos para ir a cenar juntas.
-¿Le contó algo extraño, fuera de lo normal?
-Se que estaba realizando una investigación. En el museo es la encargada de verificar la autenticidad de los nuevos objetos que son adquiridos y hacía unas semanas había llegado un nuevo cargamento.
-¿Qué más nos puede contar señorita Cruz?
-Estaba distante, como distraída. Le costaba concentrarse en la conversación. La encontré incluso algo asustada, pero no me dijo el motivo.
-¿Cuándo volvió a tener noticias suyas?
-Hace dos días. Le telefoneé y quedamos en vernos anoche en mi casa. Solíamos quedar algunos jueves para nuestra sesión de cine y palomitas.
-¿Qué sucedió después?
-No se presentó. Intenté contactar con ella, pero el móvil estaba desconectado y tampoco contestaba al fijo de su oficina. Pensé que había cambiado de opinión por lo que me acosté esperando verla esta mañana y hablar con ella.

Tras terminar con su declaración el detective Carter pidió a uno de sus hombres que llevase a Silvia de nuevo a casa, pero antes de despedirse le entregó su tarjeta indicándole que le llamase si recordaba algo que hubiese pasado por alto.

Silvia permaneció en casa el resto de la jornada. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar. Todavía no era capaz de asimilar la pérdida de su mejor amiga. Durmió durante un rato en el pequeño sofá que tenía en el salón de su apartamento, abrazada a un cojín; cuando despertó se arrastró hasta la nevera para coger algo para comer y volvió a tumbarse en el sofá.

El teléfono sonó en repetidas ocasiones, pero no se encontraba con ánimo para hablar con nadie. Había llamado al trabajo al salir de la comisaría y se tomó el día libre.

Ya entrada la noche decidió darse un baño antes de acostarse. A la mañana siguiente sería el funeral y ya no tenía fuerzas para mantenerse en pie.
Mientras se dirigía al cuarto de baño llamaron a la puerta.

La pirámide de luz

hotep se despertó sumida en la penumbra, sudorosa y agitada, afectada por el
Se levantó y se acercó a la terraza embriagada por el resplandor de esa luna que parecía llamarla, atrayéndola hacia ella de una manera irresistible. Los recuerdos de su llegada invadieron su mente.


—¡Ahotep, Ahotep!, acaban de confirmarme que el faraón llegará a Menfis en tres días. Le acompañará el sumo sacerdote de Karnak.
—Neferet —contestó la sacerdotisa. Nunca has acertado con tus informadores. ¿Qué se le habría perdido al faraón aquí? No creo que sea cierto.
—Se comenta que tiene que ver con una profecía. Seguramente quieran consultar en la Casa de Vida —terminó de explicar a su amiga.
—Déjate de chismes y prepara las libaciones. Se acerca la hora de nuestras ofrendas a la diosa.

Con cara de disgusto Neferet se dio media vuelta para cumplir las órdenes que le acababan de dar. Todavía era joven e impulsiva. Sólo hacía unos meses que había entrado en el templo, coincidiendo con la fecha de su cumpleaños en la que había sido cortada su coleta de infancia. Pequeña y menuda, su carita redonda enmarcaba unos grandes ojos negros que querían comerse el mundo. Ahotep le había cogido mucho cariño a la pequeña.
Miró hacia la terraza desde donde la luna llena esparcía su luz iluminando la avenida de esfinges que daban acceso al palacio.

El secreto del papiro (parte1)

Dos años antes,

Estaba desesperado y se encontraba más solo que nunca. Si hubiese sabido la verdad jamás habría estado dispuesto a colaborar en el proyecto. Pensaba que estaba trabajando para el gobierno. Que estúpido había sido al creer en aquello.

Sólo quedaba una salida posible. Utilizaría su propia creación para esconderla de ellos. Si era necesario, estaba dispuesto a dar la vida para evitar la atrocidad que querían llevar a cabo con ella.


En la actualidad,


Pasaba de la media noche y Lis seguía sin aparecer. Habían quedado en ver una película juntas mientras disfrutaban de palomitas y helado de chocolate, pero Silvia había llamado varias veces a su móvil sin obtener respuesta.
Lis llevaba una semana comportándose de una forma bastante rara. Le había comentado ciertos problemas sobre el trabajo de investigación que tenía entre manos. Algo que la mantenía últimamente bastante alejada de su amiga y del mundo en general.

El día anterior Silvia consiguió convencerla de que se tomara un respiro, no sin presionar a su amiga con algo de chantaje emocional, ya que ésta se había mostrado reacia y bastante enigmática, por lo que pensó que Lis, en el último momento, había decidido dejar plantada a su mejor amiga.
Con su ego un poco herido, decidió acostarse. Al día siguiente se acercaría al museo y tendría unas palabras con ella, después, la obligaría a acompañarla a tomar un café y las cosas volverían a ser como siempre.