Ahora que vuelvo la vista
atrás y pienso en ello sigo sin entender como una mujer puede caer en algo así,
pero estas cosas no tienen explicación, es algo que, por desgracia, nos puede
pasar a todas.
Pero ahora encaro el futuro
con ilusión y alegría. A pesar de encontrarme en el paro y vivir con mis
padres, por fin, soy feliz.
El camino ha sido arduo y
duro, pero una mañana decidí emprenderlo y eso me hizo libre.
Yo era una adolescente
normal, alegre, sencilla, que disfrutaba con sus amigas saliendo los fines de
semana. Sin mayor problema que pensar en la ropa que me pondría ese día o a que
hora pasarían a recogerme. Hasta ese verano en que él apareció en mi vida.
Estaba sacándome el carné de
conducir y necesitaba algo de dinero para pagar las clases y disfrutar de la
época estival, así que cuando Teo me propuso ir a trabajar con él como
camarera a una discoteca de verano de mi zona, no me lo pensé dos veces. El
sueldo era bueno y me permitiría terminar de pagar las clases prácticas y tener
dinero para mis gastos.
Cuando llegué allí por
primera vez nunca pensé lo que el destino me deparaba.
Era mi primera noche en el
nuevo local, y aunque estaba acostumbrada a ello, pues en invierno trabajaba
los fines de semana en una discoteca muy famosa de mi localidad, no podía
evitar los nervios. No conocía a nadie salvo a Teo, que llevaba la seguridad en
la discoteca.
El sitio estaba muy bien.
Tenía una barra principal en la parte cerrada junto con una terraza acristalada
donde se ubicaban los gogós que animaban las fiestas. En la parte exterior una gran piscina presidía la gran terraza al aire libre, mientras que a ambos lados de la
misma, se ubicaban sendas barras donde los camareros servían las copas a los clientes.
Y allí estaba él. A primera
vista no me fijé mucho, pero resultó que sería mi compañero en la barra que me
habían asignado.
Tenía mi misma edad. Ese
verano cumpliría diecinueve años y él los haría cuatro meses después. Era
simpático y congeniamos bastante bien, además, como me dijo al finalizar la
noche, por fin le habían asignado una compañera que si sabía poner copas.
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