martes, 19 de febrero de 2013

Extracto de La Marca de Horus

Ya había estado aquí pero entonces no fue capaz de reconocer la sensación que ahora recorría todo su cuerpo. Caminó despacio hacia las cortinas que cubrían la salida a la terraza con pasos vacilantes. ¿Era miedo lo que sentía su corazón? Si, estaba casi segura de que eso era pero ¿miedo a qué? ¿A lo desconocido? ¿A lo acontecido en los últimos días? ¿A descubrir que allí se sentía como en casa? Otro paso la llevó más cerca aún de esa puerta que la atraía irremediablemente, gritándole que la cruzara. Era extraño ¿debía aventurarse y mirar más allá?
Una sensación de bienestar inundaba su mente con cada paso que daba pero el miedo también se hacía eco oprimiendo más fuerte su corazón. Sabía con una certeza que la abrumaba que allí se encontraban las respuestas a todas sus preguntas. A todas esas dudas que surgían en su mente desde que era niña.

Siempre la acompañó un sentimiento de no encajar en ningún sitio, de no pertenecer a ese lugar al que llamaba hogar. Si era totalmente sincera, una fuerza poderosa le empujaba hacía algo sin saber muy bien que.


Otro nuevo paso la acercó más aún. Sus manos podían acariciar el suave terciopelo de la tela granate que caía hasta el suelo sin dejar vislumbrar ni una pequeña vista de lo que se hallaba al otro lado. Una de sus manos la agarraban mientras la otra colgaba al lado de su cuerpo con los nudillos blancos de tanto apretarlos. Si, había llegado el momento de saber si ahí se encontraba todo lo que su cuerpo y su mente le gritaba.

-¿Estás segura de que quieres hacer eso?- Una voz dura, sexy, que conocía demasiado bien surgía a sus espaldas.
-¿Tienes miedo de que lo haga?-preguntó a su vez sin volverse a mirarlo.
Sabía perfectamente que estaba pegado a ella. Su cuerpo apenas a un centímetro del cuerpo de ella. Su dulce olor a incienso, misterio y tierras desconocidas inundaba sus sentidos. Ahora sabía más que nunca que estaba donde debía estar, pero eso la aterraba. Un escalofrío recorrió su cuerpo.
-¿Miedo? ¿Yo?-susurró junto a su oído-Para nada-sus manos se posaron en los brazos de Alex con una suave caricia, esperando a que ella decidiera si retiraba las cortinas o retrocedía para salir corriendo. Nunca fue una cobarde y no lo sería ahora, aunque sentía que se arrepentiría de ese paso o ¿tal vez no?

-Entonces ¿no te importa lo que pueda descubrir más allá de este cuarto?-sus manos subieron y bajaron lentamente acariciando los desnudos brazos de ella.
-Al contrario-dijo de nuevo en un susurro que provocó una reacción en cadena en todo su cuerpo-lo estoy deseando.

Quería volverse y besarlo. Perderse con él en esa inmensa cama en la que habían despertado juntos. Volver a sentir sus manos recorriendo su cuerpo. Estaba convencida que él podía leer sus pensamientos, porque sabía, más allá de toda duda, que él no era humano. Pero si no hacía esto ahora, tal vez no tendría otra oportunidad.
Su mano agarró la tela de nuevo mientras él envolvía con la suya los delgados dedos de Alex.
-Si lo haces ya no habrá vuelta atrás-dijo mientras sentía como su cuerpo se tensaba, contrayendo cada músculo en él.
-¿Es algún tipo de amenaza?-preguntó mientras retiraba suavemente la cortina.
-No-contestó de nuevo en un susurro junto a su cuello-Es una declaración.

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