Alex había sentido una pasión inmensa por Egipto desde que
tenía uso de razón. Sus estanterías estaban llenas de libros sobre arte,
dioses, cultura y novelas históricas que devoraba en cuanto caían en sus manos. Realizó un par de viajes hacía ya tres años y se había sentido, como ella solía decir,
en casa, cuando pudo visitar los templos del país.
De hecho a su regreso de allí su pasión se sentía más fuerte
aún y decidió incluso realizarse varios tatuajes.
El primero fue una cruz de vida en su hombro y después se
tatuó una mariposa batiendo sus alas como símbolo del renacer en el centro de
su espalda, el nombre de la diosa guerrera en su pie derecho y dos iniciales en
su muñeca izquierda.
-Bueno, creo que ya estás- comentó Patty mientras le pasaba
un pequeño frasco de perfume.
-Si, eso parece-respondió Alex que empezaba a ponerse
nerviosa- ¿qué hora es ya?
Patty miró el reloj antes de contestar a su amiga
-Las nueve. ¿Nos vamos ya y nos tomamos una coca cola juntas
antes de tu cita?
-Perfecto, espera que cojo el bolso y las llaves del coche y
nos vamos
-No hace falta-dijo rápidamente su amiga- Annie me dejó el
suyo para venir a tu casa, así que yo te llevaré
Alex sonrió, ¿cómo no se había imaginado algo así? Patty no
tenía coche por lo que había pedido que le dejasen uno para así obligarla a que
su cita la trajese luego a casa.
-Buena jugada- contestó mientras metía su móvil, el
monedero y la documentación en el bolso.
Cogió las llaves de casa de la repisa de la entrada y
salieron juntas en dirección al garaje.
El rastreador observaba la zona y la gente que entraba o
salía del edificio, pero seguía sin descubrir nada. Un todoterreno negro
ascendió por la puerta del garaje y sintió un olor especial, característico y
familiar. Miró a los ocupantes y vio que sólo iban dos mujeres dentro. Decidió
seguirlas a ver si conseguía averiguar algo de esa manera. Ese olor era
persistente, parecido al de la persona que estaba buscando, pero con un toque
diferente.
Rick volvió a su apartamento justo a tiempo para ducharse y
cambiarse de ropa, había quedado en menos de una hora y no quería llegar tarde
a su primera cita. Se duchó rápido y se vistió con unos vaqueros y una camiseta
negra que marcaba sus músculos ajustándose a su torso. Cogió de nuevo el casco
de la moto y salió.
Silver le estaba esperando en la puerta.
-Haré una ronda para ver que todo está tranquilo. Si surge
algo dame un toque- contestó mientras arrancaba su moto.
-No lo dudes.
Abrió el gas de la CBR al máximo y salió a toda velocidad
en dirección al centro comercial mientras Silver le seguía muy de cerca. Una
dulce y sensual señorita le estaba esperando.
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