jueves, 21 de junio de 2012

La Marca de Horus (Capítulo 1 parte II)


Ambas amigas rompieron en carcajadas. Pagaron la cuenta y emprendieron el camino de las tiendas. Era hora de dedicarse a las compras, para eso estaban allí.

Alex esperaba en la puerta de una tienda para bebés mientras su amiga decidía cual de los distintos trajecitos se llevaría. Absorta con su teléfono móvil no vio venir al hombre que, sin darse cuenta, chocó con ella junto al escaparate.

-Disculpe- le dijo una voz suave y varonil como salida del más allá.
-No se preocupe. No ha sido nada- contestó Alex mientras recogía el móvil del suelo y levantaba la cabeza para mirar al hombre que le tendía una mano. Unos ojos verde oscuro la miraban intensamente y tras ayudarla a levantarse, una blanca y espectacular sonrisa se escapó de sus labios antes de seguir su camino.

Alex se quedó sin aliento. Esos ojos la habían impactado de tal forma que no podía estar equivocada. Eran los ojos que veía en su sueño, estaba completamente segura de ello.
Pero eso no podía ser. Pensó que el calor la estaba empezando a afectar y desechó esa ridícula idea.


Tras pasar la mañana juntas y comprar varios regalos para el pequeño Lucas, que Amanda tendría a finales de noviembre, ambas amigas se despidieron en la puerta del apartamento de Alex.

-Ya sabes. En mi casa a las nueve. No llegues tarde- gritó Amanda mientras se alejaba lentamente por la avenida principal.

Alex subió las escaleras sonriendo y pensando que, al final, el fin de semana no sería tan malo.

Depositó las bolsas que traía en la mesa de la cocina y se dirigió a su habitación. El calor seguía siendo insoportable, por lo que se quitó sus vaqueros y se puso unos pantalones cortos para estar en casa. Tras recogerse el pelo en un moño rápido volvió a la cocina dispuesta a asaltar el frigorífico. Últimamente no tenía mucho apetito pero se obligó a comer algo, y tras ojear un poco el contenido de la nevera, se preparó una ensalada a base de lechugas, tomates cherry, maíz, beicon y queso azul. Sacó una lata de coca cola zero y se sentó en el sofá mientras encendía la televisión dispuesta a escuchar las noticias del día.

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